Introducción
Los ciudadanos somos los usuarios del bien público que constituyen los jardines y, por tanto, cuando la gestión falla, somos los principales perjudicados.
Sin ir mas lejos, un mal plan de podas deteriora los árboles, haciéndoles perder vitalidad, con lo cual tenemos menos sombra, mayores riesgos de rotura de ramas y grandes probabilidades de muerte prematura de estos árboles. Además, cuanto más grande sea el árbol muerto, mayores serán las pérdidas económicas.
Un buen ejemplo de todo lo que no se debe hacer en poda de arbolado urbano lo tenemos en Getafe. Este año, uno más, asistimos con desolación a la mutilación de los árboles de sus calles. El tipo de poda aplicado de forma generalizada se sitúa entre el desmochado y el terciado. En el primer caso se suprime toda la copa, dejando únicamente el tronco, mientras que en el segundo se deja, además del tronco, la parte basal de las ramas estructurales (habitualmente un tercio de la longitud de estas ramas, de ahí el nombre).
Sin ir mas lejos, un mal plan de podas deteriora los árboles, haciéndoles perder vitalidad, con lo cual tenemos menos sombra, mayores riesgos de rotura de ramas y grandes probabilidades de muerte prematura de estos árboles. Además, cuanto más grande sea el árbol muerto, mayores serán las pérdidas económicas.
Un buen ejemplo de todo lo que no se debe hacer en poda de arbolado urbano lo tenemos en Getafe. Este año, uno más, asistimos con desolación a la mutilación de los árboles de sus calles. El tipo de poda aplicado de forma generalizada se sitúa entre el desmochado y el terciado. En el primer caso se suprime toda la copa, dejando únicamente el tronco, mientras que en el segundo se deja, además del tronco, la parte basal de las ramas estructurales (habitualmente un tercio de la longitud de estas ramas, de ahí el nombre).