miércoles, 3 de abril de 2013

Declaración Europea del Árbol Ornamental

Entre los acuerdos y declaraciones en torno a la defensa y valorización de los árboles urbanos está la Declaración Europea del Árbol Ornamental, elaborada por la Sociedad Francesa de Arboricultura.

Consta de 8 artículos que recogen la importancia de los arboles urbanos y las bases para abordar su gestión, para que sigan siendo un elemento fundamental de las ciudades europeas.
   Se destaca en primer lugar que "el árbol es un ser vivo", con lo que esto implica en su relación con el ser humano.
   Por otro lado, se señala que "los árboles ornamentales... ...constituyen un patrimonio ... ... que debemos conservar y mejorar para transmitirlo". Esto solo puede garantizarse con "programas completos" que incluyan: información, investigación, erniquecimiento de plantaciones y mejora de su calidad.
    Se añade que "las autoridades municipales... ...son los garantes de esta perennidad y de la transmisión de este patrimonio". En nuestro país se comprueba que, en una gran mayoría de pueblos y ciudades, la gestión del arbolado urbano dista mucho de ser la adecuada (piensesé por ejemplo en las podas, verdadero problema para la persistencia de un arbolado de calidad, incluso para su propia integridad)
   En relación con esto se señala que: "el árbol ornamental está sometido a dificultades específicas que implican aplicarle cuidados particulares con el fin de mantenerlo en un estado satisfactorio y asegurar la seguridad de los usuarios". Para ello se requiere aplicar unas "buenas prácticas de arboricultura ornamental".

Para ver la declaración pincha a continuación:



Declaración Europea del Árbol Ornamental                                        
Elaborado por la Sociedad Francesa de Arboricultura
Traducido por Santiago Uribarrena (http://www.aearboricultura.org)

Preámbulo
La presente declaración tiene como objetivo determinar las principales relaciones entre el individuo y el árbol ornamental.

Artículo 1
El árbol es un ser vivo. Nace, se desarrolla y muere. No obstante, su existencia no está a la medida de la escala humana y puede dilatarse a lo largo de varios siglos.

Artículo 2
En torno al árbol, el ser humano distingue generalmente:
- El árbol del bosque que produce la madera y que le permite refugiarse, embellecer y mejorar su confort.
- El árbol frutal que le alimenta.
- El árbol ornamental que, por sus numerosas funciones juega un papel esencial en el equilibrio ecológico de los medios rurales y de la ciudad.

Artículo 3
Los árboles ornamentales portadores de historia y de símbolos son los testigos de la evolución de las sociedades humanas. Constituyen un patrimonio vivo que hemos recibido, que debemos conservar y mejorar para transmitirlo. La perennidad de tales patrimonios, dada la diversidad de las situaciones de orden ecológico o cultural, sólo puede garantizarse con la elaboración de programas completos que contengan:
- La información a la población, el desarrollo de la investigación, y todas las acciones de concepción, de gestión, de mantenimiento y de enriquecimiento de estas plantaciones, con una constante inquietud por la calidad.
- Las autoridades municipales que son los garantes de esta perennidad y de la transmisión de este patrimonio, deben alentar la elaboración de tales programas a largo plazo y velar por su puesta en marcha.

Artículo 4
El reconocimiento científico del árbol empieza a desarrollarse, pero permanece aún embrionario. Los progresos de la ciencia en este ámbito necesitan medios técnicos, financieros y humanos que deben asumirse por instituciones públicas o privadas, apoyadas por las comunidades nacionales, europeas e internacionales.

Artículo 5
El árbol ornamental está sometido a dificultades específicas que implican aplicarle cuidados particulares con el fin de mantenerlo en un estado satisfactorio y asegurar la seguridad de los usuarios.
La organización y ejecución de esos trabajos, son portadoras de una actividad económica creadora de empleo y de riqueza, que hay que sostener.

Artículo 6
Las competencias necesarias para una gestión dinámica de tal patrimonio requieren formaciones específicas en todos los niveles de la concepción, decisión y de la intervención.
La armonización de esas formaciones debe realizarse en el seno de la Comunidad Europea teniendo en cuenta las singularidades culturales.

Artículo 7
La conservación de los árboles requiere buenas prácticas de arboricultura ornamental. Una misma voluntad de intercambio y de cooperación deben animar a los responsables con el fin de hacer progresar los métodos y técnicas para alcanzar un mismo nivel de competencia en todos los países de la Comunidad Europea.

Artículo 8
La información al público debe de ser sustentada por un constante interés educativo tanto para el niño en la escuela como hacia el adulto y hacia la familia en cualquier lugar.

Esta sensibilización debe permitir a la ciudadanía descubrir los árboles e implicarse en la preservación de este patrimonio.

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